El Eje Cafetero colombiano es un destino que combina naturaleza, cultura y la calidez de su gente. Recientemente, tuve la oportunidad de recorrer esta fascinante región y visitar algunos de sus parques más emblemáticos, disfrutando de paisajes espectaculares, experiencias cafeteras y aventuras inolvidables.
Mi viaje comenzó en Armenia, donde inicié la ruta del café visitando una finca tradicional. Aquí aprendí sobre el proceso de cultivo, recolección y producción del café, y tuve la oportunidad de degustar una taza preparada con métodos artesanales. Recorrer los cafetales y conocer la historia detrás de cada grano fue una experiencia enriquecedora.
Desde Armenia, me dirigí al Parque del Café, uno de los lugares más representativos de la región. Este parque temático ofrece una mezcla perfecta de cultura y entretenimiento. Disfruté de emocionantes atracciones, como montañas rusas y teleféricos, y también asistí a un increíble espectáculo sobre la historia del café en Colombia. Caminar por sus senderos rodeados de cafetales y paisajes montañosos fue un verdadero deleite para los sentidos.
Otro de los parques imperdibles del Eje Cafetero es Panaca, ubicado en Quimbaya. Este parque agropecuario es ideal para los amantes de los animales y la naturaleza. Allí, tuve la oportunidad de interactuar con diversas especies, asistir a espectáculos ecuestres y conocer más sobre la vida en el campo colombiano. Fue una experiencia muy cercana y educativa, perfecta para familias y amantes de la vida rural.
Continuando el recorrido, visité el Valle de Cocora, un paraíso natural en el corazón del Quindío. Sus gigantescas palmas de cera, el árbol nacional de Colombia, se alzan majestuosamente entre montañas cubiertas de neblina. Hacer senderismo por este lugar fue una de las experiencias más impactantes del viaje, conectándome con la biodiversidad y la magia de los Andes colombianos.
Para cerrar con broche de oro, exploré los Termales de Santa Rosa de Cabal, un oasis de aguas termales en medio de la naturaleza. Después de días de caminatas y exploración, relajarme en sus piscinas naturales rodeadas de cascadas fue el final perfecto para esta aventura.
El Eje Cafetero y sus parques ofrecen una combinación perfecta de diversión, cultura y naturaleza. Es un destino que enamora a cualquier viajero, ya sea por su café de clase mundial, sus paisajes impresionantes o sus parques llenos de magia. Sin duda, un lugar al que siempre querré regresar.
